jueves, 20 de febrero de 2014

La dialéctica del machismo, una historia de “amor”

       
Hay una forma dentro del sistema patriarcal muy particular de dirigirse a la mujer, es una forma que pasa desapercibida o suele confundirse con formas de protección, esta confusión viene dada por la retórica en la que se lleva a cabo basada en un romanticismo patriarcal y por su versatilidad, ya que se encuentra presente en todos los niveles sociales.

La podemos encontrar en un nivel interpersonal, en las relaciones de pareja y viene acompañado de frases como “Te acompaño cuando salgas para que no te pase nada” y de acciones consecuentes como el acoso en las que las mujeres son acompañadas todo el tiempo por el “protector”.


A un nivel comunitario, incluso a modo de campañas en favor de una supuesta igualdad. Se da en contextos comunitarios en los que, bajo apariencia de protección a la mujer, se obliga a ésta a que cambie bajo las premisas de que si lo hace no será agredida. En definitiva, ella es la responsable de evitar la agresión y se dan unas pautas exclusivamente dirigidas al público femenino para que no se vean sometidas en ningún momento.

Un ejemplo de este nivel puede ser la campaña #échalecabeza[1] en la que se intenta promover la igualdad a partir de unas medidas que podemos resumir en:

-          Si eres chica ten cuidado cuando estés en Internet, no mandes fotos.
-          No mandes fotos bajo ningún concepto porque pueden acabar en cualquier sitio y te van a extorsionar si lo haces.
-          Por tu bien, no te hagas fotos desnuda y  no las mandes.
-          Susi, y sólo Susi, ándate con ojo si no quieres acabar siendo extorsionada, chantajeada, etc.

Podemos ver que el razonamiento de esta campaña es el siguiente:

Premisas: Si  mandas fotos por Internet está mal y puedes ser agredida si lo haces.
Conclusión: No mandes fotos por Internet si no quieres que te agredan.

Dentro de esta retórica de aparente protección encontramos que es la mujer la que tiene que cambiar y  limitar sus acciones para no ser agredida por otros hombres, pero en ningún caso se habla de la responsabilidad del hombre que es el autor de la agresión, es la mujer la que tiene que protegerse de no ser agredida además de ser la víctima y de estar siendo extorsionada.

Pero esas premisas no se corresponden realmente con lo que ocurre de hecho. Lo que está mal es extorsionar y vivimos en una sociedad que está perdiendo de vista el valor de la acción misma y en lugar de juzgar la agresión se juzga la causa de la agresión.

La argumentación para una buena propuesta de igualdad sería:

Premisas: Extorsionar está mal. Si te mandan fotos por Internet y, por ello, agredes a esa persona la agresión está mal en sí misma, el hecho de mandar fotos es algo secundario y contingente sometido a una serie de innumerables condiciones que juzgarlo en sí mismo como algo “malo” carece de fundamento.

Conclusión: No extorsiones ni agredas.

Finalmente el nivel a gran escala, las relaciones patriarcales de los gobiernos que se corresponde con un “decidir por ellas porque tenemos su tutela como ciudadanas y debemos protegerlas”. Este punto resulta controvertido porque se podría argumentar, con muchas matices siempre que hablemos de un sistema democrático, que  el Estado tiene como función proteger a todos los ciudadanos y ciudadanas del mismo modo, pero lo relevante de este asunto en lo que respecta a la dialéctica patriarcal es que no se hace del mismo modo y las mujeres no son consultadas en absoluto sobre las políticas que se llevan a cabo incluso aunque éstas afecten directamente a esta mitad concreta de la población, de tal modo que las mujeres pasan a ser ciudadanas de segunda por dos motivos, en primer lugar porque deciden por ellas y, en segundo lugar, porque la motivación de las mujeres a la hora de participar en política es casi nula porque no son consultadas ni siquiera sobre políticas que les afectan directamente.

¿Qué supone esta dialéctica?

-          Establece una jerarquía: dos partes en la que una tiene que proteger a la otra. En este orden el que protege siempre está caracterizado como el más fuerte y se despoja al protegido de su capacidad de valerse por sí mismo y de protegerse.
-          Demarcación (más si cabe) de los roles de la sociedad patriarcal: ninguna de las dos partes puede ponerse en el lugar del otro. Por lo general el hombre está obligado de algún modo a la protección de la mujer, tiene que rendir cuentas ante este “trabajo”, no puede mostrar signos de “debilidad” y además la mujer tiene que ser tutelada por el hombre porque se presupone que es incapaz de defenderse o de poder llevar una vida plena por sí misma.
-          Que las relaciones afectivas se conviertan en relaciones de dominio que carecen de respeto y en las que el amor no es algo que se experimenta hacia la otra persona sino que se convierte en una excusa para justificar todo tipo de acciones incluso cuando someten a la otra persona e impiden que la relación sea sana y que ambas partes disfruten de mantener dicha relación.
-          La justificación de políticas  o medidas en las que el peso de la agresión cae sobre la víctima que, además de sufrirla, se ve obligada a cambiar y a aceptar la responsabilidad del maltrato, es decir, se culpabiliza a la víctima. Estas políticas no cambian la sociedad a mejor sino que justifican las agresiones a través de responsabilizar a las víctimas.
-          La poca participación activa de la mujer en política o en cuestiones jurídicas por el poco peso que tiene en las decisiones, no sólo del Estado en general, sino de las decisiones que se toman sobre ellas mismas. Lo que nos lleva a una sociedad en la que la mitad de la población no se tiene en cuenta para tomar decisiones y que acaba convirtiendo a esa mitad de la población en ciudadanas de segunda categoría. 



Lucía Carrillo González ( @mrsrobinson_ ) tiene 23 años y es estudiante de filosofía en la Universidad de Granada, sus campos de interés son la ética, la filosofía política y los derechos humanos. 


[1] https://www.youtube.com/watch?v=N4AnVheeC_o&feature=youtu.be

viernes, 14 de febrero de 2014

¿Historia de San valentín? verdades y mentiras del mito

Historia de la Fiesta de San Valentín
Desde el #VoluntariadoDigital, Esther Cortés Alonso nos hace esta introducción a la realidad del mito




El día de San Valentín representa en nuestra cultura, y cada vez más en otras, el día del "amor", entendido como una relación que sirgue las normas del heteropatriarcado. Según la RAE sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. En este caso las dos mitades estarían compuestas por un hombre y una mujer que  se ajustan a los roles culturales.

A la mujer se la caracteriza como una persona intuitiva, débil, insegura, tierna, dulce, púdica, emotiva, sensible, temerosa, cambiante, dependiente, sumisa, pasiva, con deseos de agradar y necesitada de amor, apoyo y de ser madre.

En cambio, al hombre se le caracteriza como inteligente, firme, decidido, tranquilo, ponderado, equilibrado, independiente, aventurero, luchador, valiente, combativo, competitivo y activo.
Sin embargo, ¿Qué hay detrás de esta tradición?¿Cómo se ha llegado a ello?
 La Lupercalia(1) y el día de Juno Februata eran festividades paganas de la antigua Roma que se celebraban el 14 y el 15 de febrero. La primera consistía en una fiesta al "Dios" de la fecundidad y conmemoraban la pureza de las mujeres y la fertilidad. La segunda hace honor a la "diosa" del amor, de las mujeres y del matrimonio. En ella, cada adolescente metía su nombre en un contenedor y escogía un billete al azar. Los muchachos y muchachas cuyos nombres fueron escogidos se convertían en “pareja”, practicando juegos eróticos por toda Roma. Después continuarían con relaciones sexuales durante el resto del año.


la lupercalia

Cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano en el año 325, sus líderes quisieron eliminar los festivales paganos, en especial la Lupercalia. Pero en el año 496, incapaz de hacerlo, el Papa Gelasio la transformó en el Día de San Valentín. Esta fiesta hace referencia a tres Santos que se llamaban Valentín. Tienen en común los valores que su nombre representa en latín: “ser fuerte, valiente, grande, poderoso”. Eran hombres de la Iglesia, mártires y con una vida ejemplar según la moral católica.

San Valentín

La celebración se transformó según esta moral, de forma que los adolescentes chicos escribían mensajes románticos a las chicas en nombre de San Valentín, siendo ellos quienes se mostraban activos y ellas quienes permanecían pasivas según sus peticiones. Así se reforzaron los roles propios del heteropatriarcado descritos anteriormente.

Cada año, en cada 14 de Febrero se vuelven a repetir y a interiorizar estos roles que le han sido asignados a esta fecha. Sin embargo, hoy en día, hay múltiples parejas que se están cuestionando este modelo de relación amorosa, siendo personas críticas con ello y buscando otras alternativas.




Fuente de los datos sobre festividades cristianas: La Iglesia de Dios Restaurada, ed [Internet]. La verdad detrás de día de San Valentín. 2014


Esther Cortés Alonso (@estherCAfem) es una madrileña de 22 años que reside en el municipio de Pozuelo de Alarcón. Estudiante de enfermería. Se ha formado en cursos de la Escuela Virtual de Igualdad, asistiendo a jornadas. También está en contacto con organizaciones de ayuda a la mujer, como la red de atención a la mujer en Madrid de la consejería de Mujer y Empleo, o Cruz Roja Mujer. Mi vocación profesional es dedicarme a la atención del enfermo, en especial de la mujer y fomentar su empoderamiento personal en temas de salud.